A continuación, se describen algunos de los problemas de salud asociados con el consumo de agua no saneada:

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1. Enfermedades Gastrointestinales: El agua contaminada con microorganismos patógenos como bacterias (por ej., E. coli), virus (por ej., el norovirus) y parásitos (por ej., Giardia y Cryptosporidium) puede causar enfermedades gastrointestinales que cursan con diarrea, vómitos, cólicos abdominales y deshidratación. Estas enfermedades son especialmente peligrosas para niños pequeños y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

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2. Enfermedades Transmitidas por el agua: El agua contaminada también puede ser portadora de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la fiebre tifoidea. Estas enfermedades pueden causar síntomas graves y, en casos no tratados, pueden ser mortales.

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3. Enfermedades de la Piel y Ojos: El agua contaminada puede provocar irritaciones o incluso infecciones en la piel o los ojos. Por ejemplo, el contacto con agua contaminada puede causar conjuntivitis y dermatitis aguda.

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4. Enfermedades Transmitidas por Vectores: En algunas áreas, el agua contaminada también puede ser un criadero para vectores de enfermedades como el dengue o la malaria. Estos vectores encuentran las condiciones ideales para reproducirse en aguas estancadas y pueden propagar enfermedades a través de picaduras.

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5. Enfermedades Crónicas: El consumo a largo plazo de agua con contaminantes químicos, como metales pesados (plomo, arsénico) o productos químicos industriales, puede estar relacionado con enfermedades crónicas como el cáncer, problemas del sistema nervioso y trastornos del desarrollo en niños.