Es ampliamente sabido que una dieta que incluya abundante fruta

y verdura a diario se considera una dieta sana, pero hay cada vez

más evidencias para decir que si el origen de estos alimentos se

basa en la agricultura ecológica, esta dieta sería aún más sana; ya

sea solamente por la menor cantidad de residuos de pesticidas que

pueden hallarse en estos alimentos.

 

¿Pero cómo afectan los pesticidas a la salud?

 

De los pesticidas son conocidos sus efectos neurotóxicos, cancerígenos

(2A 2B), disruptores endocrinos, teratogénicos y mutagénicos en células

geminales. Suena delicado, ¿no?

 

...Antes de alterarnos, ¿cuáles son las principales fuentes de exposición a pesticidas en la población general?:

1. La alimentaria.

2. Los pesticidas intradomiciliarios (sí, los sprays matamoscas y cucarachas)

3. La exposición laboral que puedan tener personas que trabajan en el campo.

Por ese orden.

 

Otros datos:

 

La exposición de la población general a pesticidas puede ser medida en sangre y orina, lo cual se hace con frecuencia en EEUU, y aún no se ha realizado de forma más masiva en Europa. Sin embargo, en los estudios realizados en Europa, los niveles de metabolitos de organofosforados en orina (productos de la excrección de pesticidas) son iguales o superiores a los encontrados en EEUU, siendo esta exposición mayor en niños, y viéndose afectada de forma directamente proporcional con el nivel de consumo de frutas y verduras.

 

Si nos detenemos a pensar en su química, la mayoría de los pesticidas están diseñados para ser tóxicos para el sistema nervioso central de los insectos. ¡De alguna manera tienen que matar a los bichos!; atacándoles directamente en su cerebro. Así, se entiende que también puedan existir  cierta repercusión a nivel cerebral en las personas expuestas, por ejemplo, cuando la exposición ocurre de forma prenatal se podría expresar como pérdida de puntos de coeficiente intelectual.

 

¿Y cómo de grande puede llegar a ser este problema?

 

Según datos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria se detectan residuos de pesticidas en el 44,4% de los productos alimentarios convencionales, estando un 2,7% por encima de los niveles máximos legales permitidos, y un 1,2% por encima de la dosis toxicológica aguda.

 

Como avanzabamos, la mayoría de los estudios se han realizado en EEUU, en concreto con un diseño longitudinal de cohortes de exposición prenatal a organofosforados (que quiere decir, siguiendo a un grupo de embarazadas expuestas a un tipo de pesticida), y observando que los hijosde granjeras en California tenían peores reflejos a la edad neonatal, retraso del desarrollo a los dos años, problemas de atención a los tres años, y peor desarrollo intelectual a los siete. Los mismos resultados han sido observados en estudios en Nueva York con el clorpirifo (otro agrotóxico), encontrando en este estudio incluso cambios estructurales cerebrales como el adelgazamiento del espesor cerebral. Además en estos estudios se observa una relación cuantitativa con los niveles de pesticidas.

 

Según datos de la encuesta transversal NHANES en EEUU, el riesgo de desarrollar Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA) aumenta un 55% con cada incremento en diez puntos de los niveles de organofosforados; observando que la prevalencia de TDHA era el doble en los niños en los que se detectan piretroides en la orina (otro pesticida), según la misma encuesta NHANES.

 

Y eso es lo que menciona el Informe del Parlamento Europeo en materia de Agricultura Ecológica. Las autoridades aún no contemplan testar otros efectos en salud de los pesticidas, como el de disruptores endocrinos, por ejemplo.

 

¿Y qué pasa con la agricultura ecológica?

 

Pues a la luz de otros estudios, se ha comprobado que la excreción urinaria de pesticidas en los niños se reduce de forma marcada tras una semana de consumo de alimentos ecológicos, y vuelve a aumentar una vez que se reintroduce la dieta convencional. ¿qué conclusiones podemos sacar tras esto?. No es tan fácil hablar de forma rotunda y para comentar los estudios científicos relacionados con la dieta ecológica más en profundidad quizá tendríamos que preparar otra entrada.

 

Pero sí podria afirmarse que en términos de salud seria recomendable reducir la exposición a pesticidas de nuestra dieta, y sobre todo durante el embarazo y la infancia.

 

¿Y no deberíamos reducir también el consumo de frutas y verduras?

 

No, desde luego que no. Aunque la exposición a pesticidas esté relacionada con el nivel de consumo de frutas y verduras, esto no nos hará nunca concluir que por motivos de salud se deba disminuir el consumo de estos alimentos.

 

Los resultados de estos estudios deben servir para que el individuo informado pueda hacer una decisión más racional y para empezar a pensar en acciones político-sanitarias encaminadas a disminuir la exposición dietética global a pesticidas, a la vez que se mantiene un adecuado consumo de frutas y verduras.

 

Para disminuir los efectos de los pesticidas en los cerebros humanos se puede partir por otorgar una información a la población acerca de su seguridad y unos términos regulatorios más estrictos, siguiendo por la realización más frecuente de estudios y evaluaciones de exposición, y con el apoyo a las prácticas agrarias de protección no química, como las desarrolladas en la agricultura ecológica.

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Referencias

 

1. European Parliamentary Research Service. Human Health Implications of Organic Food and Organic Agriculture. Diciembre 2016. 

2. Organic diets significantly lower children's dietary exposure to organophosphorus pesticides. Environ Health Perspect. 2006 Feb;114(2):260-3

3. Association between in utero organophosphate pesticide exposure and abnormal reflexes in neonates. Neurotoxicology. 2005 Mar;26(2):199-209.

4. Prenatal exposure to organophosphate pesticides and IQ in 7-year-old children. Environ Health Perspect. 2011;119(8):1189-1195.