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Fernando Wang

​19 de abril de 2022

Marsella, Francia

7.9 billones de personas respiran diariamente un aire contaminado en dióxido de nitrógeno (NO2) o en microparticulas que pone en riesgo constantemente su salud, ha anunciado el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus en rel ación al último informe sobre la calidad del aire. Esta es la primera ocasión en la que se han podido obtener datos de los niveles de contaminación a ras del suelo, es decir, directamente del aire que inhalamos cada día. Se ha constatado que de las más de 6000 ciudades que han entregado sus niveles de exposición, el 99% de todas ellas exceden los límites fijados por la OMS. Esta contaminación se debe principalmente a la actividad humana en la explotación, distribución y uso del petróleo, el carbón y el gas. Sin embargo, no toda la contaminación es igual en todas las regiones. Los países de ingresos bajos y medios exceden en contaminación por micropartículas, cuyas fuentes provienen directa o indirectamente de la agricultura intensiva, el tráfico rodado, la construcción, los incendios forestales, los contaminantes químicos y las centrales eléctricas. En los países de altos ingresos, el principal problema es la contaminación por dióxido de nitrógeno, un gas derivado del tráfico urbano por motores de gasolina y diésel.

El 99% de las más de 6000 ciudades de 117 países diferentes superan los niveles límites establecidos por la OMS de contaminación del aire

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Lo cierto es que cada año 7 millones de personas mueren a causa de esta contaminación, unas muertes que son evitables siguiendo una buena política medioambiental y sanitaria. Las microparticulas, especialmente las PM2.5, son capaces de atravesar el torrente sanguíneo provocando numerosas enfermedades respiratorias como el asma, enfermedades cardiovasculares y cerebrales. Como destaca la Directora del departamento de medio ambiente, cambio climático y salud de la OMS, la doctora Maria Neira, necesitamos acelerar la transición energética  hacia un sistema más limpio y saludable basándose en la comprensión de nuestra salud íntimamente ligada con el estado del planeta, en la urgencia de proveer los servicios básicos como el acceso al agua potable y  electricidad a la mitad de la población mundial que aún no tienen ese Derecho, y a repensar los modelos de urbanismo para que sean lugares seguros en donde se pueda respirar aire limpio de contaminantes.

Artículo original de eldiario.es

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