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Calor, Enfermedades y Desigualdad: El Impacto del Cambio Climático en Argentina

10 de Octubre de 2024. Buenos Aires, Argentina - El cambio climático se ha convertido en una preocupación apremiante para la salud pública en Argentina. Con el aumento de las temperaturas, variaciones en las precipitaciones y una mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos, los efectos sobre la salud son cada vez más evidentes en todo el país.
Uno de los desafíos más críticos es el aumento de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, que ha proliferado debido a las alteraciones climáticas. Las regiones del norte y noreste del país son las más afectadas, lo que resalta la necesidad de implementar una vigilancia epidemiológica más rigurosa y programas de control de vectores más efectivos. Es fundamental que Argentina intensifique sus esfuerzos para enfrentar esta problemática en expansión.
En áreas urbanas, como Buenos Aires, la calidad del aire se ha deteriorado, influenciada por el calentamiento global y actividades humanas. Esto ha derivado en un incremento de enfermedades respiratorias, afectando especialmente a niños, ancianos, personas en situación de calle y aquellos con condiciones preexistentes. La situación exige acciones urgentes para reducir la contaminación y proteger a los grupos más vulnerables.
Otro desafío importante es la seguridad alimentaria y el acceso a agua potable. Los cambios en los patrones agrícolas y la escasez de recursos hídricos ponen en riesgo la salud nutricional de la población, especialmente en comunidades rurales, barrios populares y asentamientos informales. Para enfrentar este reto, es esencial implementar políticas de adaptación que fortalezcan la resiliencia del sistema agrícola y aseguren un acceso equitativo a estos recursos vitales.
Aunque las políticas públicas implementadas hasta ahora han sido un primer paso, es evidente que son insuficientes para abordar la magnitud del problema. Es crucial fortalecer la infraestructura sanitaria, educar y capacitar a estudiantes y profesionales de la salud, y promover una mayor integración de la salud planetaria en la planificación estratégica del país. La colaboración internacional también es fundamental, ya que el intercambio de conocimientos y recursos a nivel regional y global será clave para combatir los efectos del cambio climático de manera efectiva.
De cara al futuro, Argentina debe adoptar un enfoque proactivo que combine la mitigación de los efectos del cambio climático con una adaptación resiliente y equitativa. Este enfoque no solo protegerá la salud de la población actual, sino que también garantizará un futuro más saludable y sostenible para las próximas generaciones. Aunque el desafío es significativo, con objetivos claros y el compromiso de la sociedad, es posible avanzar hacia un futuro donde la salud humana y la del planeta coexistan en equilibrio.